No, no me había atacado otro monstruo. Si ya claro, menudo
día. Primero las gorgonas, luego el minotauro… ¿y ahora qué? ¿Medusa, ya que
estamos? No, no, a mí no me habían atacado más. Pero a Leo sí. Probablemente el
minotauro le habría atacado y luego ido a por mí, o habría sido otro monstruo,
vete tú a saber. Realmente ya me dirigía a pedir ayuda cuando escuche unos
gemidos. El pobre estaba casi inconsciente al lado de un árbol, con su cinturón
de herramientas brillando, de donde probablemente habría sacado algo para
defenderse.
Me acerque a él con cuidado, procurando no moverle. No parecía
tener heridas abiertas, pero seguro que se había dado un buen golpe. ¿Qué iba a
hacer? No podía dejarle solo. No quería gritar, a lo mejor había algún monstruo
cerca. Y mucho menos llamar a alguien con el móvil, claro. Ains… al final
decidí quedarme con él hasta que despertara o alguien viniera a buscarnos. Pero
me preocupaba que algún monstruo nos sorprendiera, yo seguía desarmada y el
inconsciente.
Al final fue Nisa, una hermana de Leo, quien nos encontró.
- ¿Qué os ha pasado? – dijo, preocupada.
- A mí un minotauro. Laura y Nico me ayudaron. Yo fui a
buscar ayuda, pero he encontrado a Leo aquí. No sé qué le ha pasado.
- Vale, vale. Voy a buscar a Quirón. Quédate aquí.
- ¡Eh, espera, Nisa! –la pare antes de que se fuera.
- Estoy desarmada, ¿llevas algún cuchillo encima?
- Claro, toma –dijo entregándome un aparato con varios
botones- es mágico, solo dale al botón naranja y será un cuchillo. Rojo, espada
y azul, arco.
- Gracias.
- Nada. Enseguida estoy aquí.
Me quede sola de nuevo con Leo. Me senté a su lado y mire el
cielo. Empezaba a oscurecer, y, sinceramente, el bosque de noche da miedo. Es
decir, cuando jugamos a capturar la bandera o vas con tus amigos, pues guay.
Pero si estás sola, con un chico inconsciente, solo armada con un cuchillo y
cansada, pues la verdad, es bastante terrorífico.
Al poco rato, Leo empezó a abrir los ojos.
- Eh… hola
- Hola. Menos mal que te has despertado. Me estabas
preocupando.
- ¡Ahhh! Mi cabeza…
- No te muevas, te habrás dado un buen golpe.
- No te preocupes, estoy bien –dijo, incorporándose- ¿Qué ha
pasado? ¿Cuánto llevo inconsciente?
- No lo sé bien. Nisa ha ido a por ayuda. A mí me ha atacado…
- ¡El minotauro! Eso es, me ataco un minotauro. Estaba yendo
al bunker 9 ha terminar mi invento cuando me ataco. Supongo que debí de
parecerle aburrido cuando me quede inconsciente, porque si no, me habría
matado.
- En realidad, me atacó a mí. Yo simplemente paseaba, cuando
me lo encontré.
- Lo siento.
- ¿Por?
- Podría haberle vencido, pero me pilló de sorpresa.
- Eh, tranqui. Si no fuera por Laura y Nico, probablemente
yo si estaría muerta. Tú por lo menos pudiste hacer algo con tu cinturón. Yo
iba completamente desarmada.
- Pensaba que siempre llevabas un cuchillo encima. O tu brazalete
ese raro…
- El cuchillo lo llevo en la mochila para emergencias. El
brazalete azul, lo llevo casi siempre, pero me lo deje en la cabaña.
- ¡Quirón, están aquí! –la voz de Nisa interrumpió nuestra
conversación.
- Gracias a los dioses. ¡Seguís vivos los dos! – anunció (no
sin un poco de guasa) Clarisse. La verdad es que a veces no era tan mala.
Bueno, después de todo pertenecíamos al mismo mundo.
- Sí, gracias Clarisse. Seguimos vivos.
Quirón nos miraba pensativo.
- Será mejor que vayáis a la enfermería. Los demás también están
allí. Luego tendremos la reunión.
Todos asentimos. Clarisse y Nisa ayudaron a levantarse
a Leo, aunque con una de las dos habría sido suficiente, y le devolví el
aparato que no había necesitado a Nisa. Luego nos dirigimos todos a la
enfermería.
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