viernes, 22 de febrero de 2013

VIII Stephany

Bueeeeno, como el otro era cortito y este ya es normal, he encontrado un par de videos con fanarts de Percy. ¡Espero que os guste!


No, no me había atacado otro monstruo. Si ya claro, menudo día. Primero las gorgonas, luego el minotauro… ¿y ahora qué? ¿Medusa, ya que estamos? No, no, a mí no me habían atacado más. Pero a Leo sí. Probablemente el minotauro le habría atacado y luego ido a por mí, o habría sido otro monstruo, vete tú a saber. Realmente ya me dirigía a pedir ayuda cuando escuche unos gemidos. El pobre estaba casi inconsciente al lado de un árbol, con su cinturón de herramientas brillando, de donde probablemente habría sacado algo para defenderse.
Me acerque a él con cuidado, procurando no moverle. No parecía tener heridas abiertas, pero seguro que se había dado un buen golpe. ¿Qué iba a hacer? No podía dejarle solo. No quería gritar, a lo mejor había algún monstruo cerca. Y mucho menos llamar a alguien con el móvil, claro. Ains… al final decidí quedarme con él hasta que despertara o alguien viniera a buscarnos. Pero me preocupaba que algún monstruo nos sorprendiera, yo seguía desarmada y el inconsciente.
Al final fue Nisa, una hermana de Leo, quien nos encontró.
- ¿Qué os ha pasado? – dijo, preocupada.
- A mí un minotauro. Laura y Nico me ayudaron. Yo fui a buscar ayuda, pero he encontrado a Leo aquí. No sé qué le ha pasado.
- Vale, vale. Voy a buscar a Quirón. Quédate aquí.
- ¡Eh, espera, Nisa! –la pare antes de que se fuera.
- Estoy desarmada, ¿llevas algún cuchillo encima?
- Claro, toma –dijo entregándome un aparato con varios botones- es mágico, solo dale al botón naranja y será un cuchillo. Rojo, espada y azul, arco.
- Gracias.
- Nada. Enseguida estoy aquí.
Me quede sola de nuevo con Leo. Me senté a su lado y mire el cielo. Empezaba a oscurecer, y, sinceramente, el bosque de noche da miedo. Es decir, cuando jugamos a capturar la bandera o vas con tus amigos, pues guay. Pero si estás sola, con un chico inconsciente, solo armada con un cuchillo y cansada, pues la verdad, es bastante terrorífico.
Al poco rato, Leo empezó a abrir los ojos.
- Eh… hola
- Hola. Menos mal que te has despertado. Me estabas preocupando.
- ¡Ahhh! Mi cabeza…
- No te muevas, te habrás dado un buen golpe.
- No te preocupes, estoy bien –dijo, incorporándose- ¿Qué ha pasado? ¿Cuánto llevo inconsciente?
- No lo sé bien. Nisa ha ido a por ayuda. A mí me ha atacado…
- ¡El minotauro! Eso es, me ataco un minotauro. Estaba yendo al bunker 9 ha terminar mi invento cuando me ataco. Supongo que debí de parecerle aburrido cuando me quede inconsciente, porque si no, me habría matado.
- En realidad, me atacó a mí. Yo simplemente paseaba, cuando me lo encontré.
- Lo siento.
- ¿Por?
- Podría haberle vencido, pero me pilló de sorpresa.
- Eh, tranqui. Si no fuera por Laura y Nico, probablemente yo si estaría muerta. Tú por lo menos pudiste hacer algo con tu cinturón. Yo iba completamente desarmada.
- Pensaba que siempre llevabas un cuchillo encima. O tu brazalete ese raro…
- El cuchillo lo llevo en la mochila para emergencias. El brazalete azul, lo llevo casi siempre, pero me lo deje en la cabaña.
- ¡Quirón, están aquí! –la voz de Nisa interrumpió nuestra conversación.
- Gracias a los dioses. ¡Seguís vivos los dos! – anunció (no sin un poco de guasa) Clarisse. La verdad es que a veces no era tan mala. Bueno, después de todo pertenecíamos al mismo mundo.
- Sí, gracias Clarisse. Seguimos vivos.
Quirón nos miraba pensativo.
- Será mejor que vayáis a la enfermería. Los demás también están allí. Luego tendremos la reunión.
Todos asentimos. Clarisse y Nisa ayudaron a levantarse a Leo, aunque con una de las dos habría sido suficiente, y le devolví el aparato que no había necesitado a Nisa. Luego nos dirigimos todos a la enfermería.



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