sábado, 23 de febrero de 2013

IX Laura

Nos levantamos del suelo y fuimos caminando a través del bosque. Yo iba al lado de Annabeth mientras que Percy ayudaba a Nico a caminar. Se encontraba mejor, pero no lo suficiente como para poder caminar solo, y dado que Percy era el más fuerte de los tres, le tocaba cargar con él. A ver, no es que Annabeth no tenga fuerza, pero le dejó a su novio esa tarea tan "ardua".
Yo tenía apenas unas magulladuras en la cara y los brazos. La verdad, después de aquel baño improvisado, me encontraba bastante bien. Lo mejor de todo, era que no me mojaba si yo no quería.
Llegamos rápidamente a la enfermería y atendieron a Nico. Le tumbaron en una camilla y le pusieron unguentos por el cuerpo. Yo me sentía un poco incordio porque no estaba haciendo nada, solo miraba. Annabeth estaba poniendo vendas a una chica de su cabaña y Percy... Bueno, él también estaba de pie en una esquina. Tranquilito.
- ¿Pasa algo?- Le pregunté.
- No soy precisamente un manitas.- Admitió.
Me reí. Tener a Percy como hermano mayor no era tan malo.
- Yo... No sé qué hacer. Me encuentro perdida.
- No te preocupes, nos pasa a todos. Ya verás como mañana lo asimilas todo mejor- Me cogió del hombro y me dijo en bajito-. Por cierto, lo has hecho genial ahí fuera.
- Gracias, pero también ayudaron Stephany y Nico.
- ¿Nico? Y, ¿qué hacías con él?- Añadió con tono socarrón.
- Am... Esto, yo estaba en el río cuando apareció por entre las sombras y estuvo, en cierto modo, consolándome.- Me empecé aponer roja.
- Mm... Eres la primera chica a la que se acerca que no sea alguna de sus hermanas. Eres privilegiada. Ahora puedes ser nuestra infiltrada y preguntarle cómo es posible que su pelo no se mueva un solo milímetro. Ni aunque se lo queme.
- Chicos, vamos a ver a Rachel.- Nos dijo Annabeth suavemente.
Percy y ella se agarraron de la mano y se besaron. Salimos de la enfermería los cuatro (Nico incluído) y nos dirigimos al edificio rojo que había en el centro del campamento. Stephany estaba sonriente en la puerta agarrando a un chico por el brazo, alto y delgado con el pelo negro rizado.
- Laura, este es Leo. Uno de los chicos más interesantes del campamento.
- Ohm, encantada.- Le dije.
- Un placer, mademoiselle.
- ¿Eres francés?- Pregunté. Steph le dio un codazo y se rio por lo bajo.
- No, de francés tengo lo que Nico de bronceado- Dijo riéndose. Vaya, qué gracioso-. No te ofendas, colega.
Nico le miró con el ceño fruncido y pasó de largo.
- ¿Qué he dicho?- Dijo Leo.
- Ya sabes que a veces no conectas bien el cerebro con la boca, querido- Añadió Stephany-
- Sí, bueno, y además, Nico siempre ha sido... diferente a todos los campistas. Va un poco a su bola. Pasa de los demás.- Dijo Leo.
- Eso es cierto, pasa de todos, menos de ti.- Me señaló mi amiga.
- ¿Yo? ¿Es que os habéis vuelto todos un poco majaretas o qué?
- Perdona, perdona. Es que es chocante ver a Nico entablar conversación con alguien. Es muy distante.- Añadió ella.
Solo quedábamos nosotros tres por entrar en el edificio rojo, así que fuimos a unirnos a Percy, Annabeth y Nico. En total, siete semidioses para escuchar una profecía.


LRA


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