Estaban todos los consejeros, Laura y yo alrededor de la
mesa de ping pong. Como Quirón y Rachel aun no llegaba, Leo cumplió su promesa
de intentar meter más lápices en la nariz del dormido Clovis que Buch. Connor y Travis planeaban su próxima broma,
que parece ser que iba hacia la cabaña de Afrodita, porque Piper se acercó a
ellos avisándoles de que lo que pasaría si lo intentaban si quiera. Clarisse se
cabreo con el de Apolo porque estaba cantando en voz alta, y se levantó para
intentar callarle.
Quirón llegó con Rachel al lado, que llevaba sus vaqueros
pintarrajeados y la camiseta naranja del campamento. Quirón puso orden, y todos
volvieron a su sitio. Buch le quitó los lápices a Clovis, y Leo se fue
refunfuñando hasta su sitio porque le había faltado poco para superar a Buch.
- Creo que todos sabéis porque estamos aquí. Rachel, por
favor.
Rachel asintió. Como seguramente ya había recitado antes, ya
se la sabía así que Laura no vio cómo se ponía nuestro Rachel cada vez que el oráculo
hablaba a través de ella. Menos mal, porque si no creo que le habría dado algo
por todo lo que había pasado hoy.
>>Tras el vuelo de las cigüeñas,
El cielo despertará y los seis semidioses
Sucumbirán a la luz o a la oscuridad
Tras la batalla final, el destino del
Olimpo
Se decidirá una vez más y el sátiro habrá
De guiar a los mestizos: dos hermanos del
agua,
Dos hermanas de la sabiduría, un hijo del
inframundo
Y un descendiente de las fraguas. <<
Todos se quedaron en silencio, reflexionando sobre lo que
podía significar aquella nueva profecía.
- Bueno, para empezar habrá que
descubrir quiénes son los mencionados en la profecía, ¿no? –sugirió Annabeth.
- Bueno, está claro que los hermanos del
agua son Percy y Laura –dijo Leo- El hijo del inframundo es Nico, obviamente.
- Y las hijas de la sabiduría son Annabeth
y Stephany –continuó Percy- Es decir, Quirón has llamado a Stephany a esta reunión
y Annabeth… bueno, es Annabeth. Y un descendiente de las fraguas… eso suena a
Hefesto, Leo. Podrías ser tú.
- ¡Genial! Estoy preparado para la acción.
- Entonces… estáis todos – dijo Clarisse.
- No. ¿Quién es el sátiro? –puntualizo Laura.
- Un sátiro... es cierto. Pues como que no
hay sátiros en el mundo. Podría ser hasta el entrenador Hedge –sugirió Piper.
- ¡No! –saltaron Percy y Annabeth a la vez,
pero fue Annabeth la que continuo hablando- Me cae bien en serio, pero no.
- Ya… no me sorprende – Leo se estaba
partiendo de risa, y yo no entendía nada. Por lo visto no era la única, ya que
todos salvo Annabeth y Percy, que habían enrojecido algo, y Piper parecían confundidos.
- Cállate, Leo –le dijo Piper, con los ojos
en blanco- En fin, volviendo al tema del sátiro…
- Ya se verá –habló Quirón, casi por primera
vez- Después de todo una profecía
siempre es enigmática, con cual todo se descubrirá solo en su debido momento.
Ahora sería mejor que fuéramos a cenar.
Salimos de Casa Grande, y mire a Laura. La verdad es que
parecía bastante tranquila. A lo mejor ya se había acostumbrado y todo a las
cosas raras que nos sucedían por aquí.
Leo se acercó a mí con una sonrisa que me volvía loca.
- Bueno… Parece que tú también vienes esta
vez.
- Parece ser.
- ¡Genial! Ya tengo a alguien que me ría
mis bromas. Realmente no eres como las demás hijas de Atenea que he conocido. Tú
te ríes más, lo que me gusta bastante.
- Gracias. Me gusta pensar que soy más
alegre que los demás.
- Oye, después de la fogata vente conmigo al
bunker 9. Hoy mismo terminare mi invento y quiero enseñártelo. ¿Vendrás?
- ¡Claro!
Entonces llegamos al comedor y cada uno se sentó en sus
respectivas mesas.
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